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Treinta años de FEDEFAM: nuevos retos
Uno de los mayores logros de la FEDEFAM fue conseguir que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobara, en 2006, la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.
Jueves 24 de noviembre de 2011, por
En enero de 1981, en la ciudad de San José de Costa Rica, nacía la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos ( FEDEFAM), con un objetivo claro: articular y fortalecer la lucha de las asociaciones de familiares de víctimas del terrorismo de Estado contra las dictaduras latinoamericanas y reclamar la aparición con vida de los desaparecidos.
Durante sus primeras tres décadas de existencia, uno de los mayores logros de la FEDEFAM -integrada por asociaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay- fue conseguir que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobara, en 2006, la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.
Hoy, la FEDEFAM -que tiene el status consultivo en categoría II ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas-sigue trabajando para que más países ratifiquen la Convención.
Nuevos retos
En Buenos Aires, las asociaciones argentinas que integran la Federación -Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora- organizaron un debate con motivo de los 30 años de su fundación para reflexionar acerca de los logros obtenidos y reformular sus objetivos, en función de las denuncias actuales de casos de desaparición forzada en América Latina.
“Ahora tenemos democracias que siguen desapareciendo personas. Eso es lo que sucede hoy. Y eso es lo que se planteó en la reunión: los casos de Honduras o Colombia, donde hay democracia pero sigue habiendo desapariciones”, explicó Alicia Albino, integrante de FEDEFAM Argentina y una de las organizadoras del encuentro. “En Argentina, también tenemos dos desaparecidos en democracia, que son Jorge Julio López y Luciano Arruga. Y creo que… creo no, afirmo que todavía tenemos resabios de la dictadura en la policía, en las cárceles, en la sociedad misma que la avaló”, agregó.
La desaparición como delito
Durante el encuentro, en el que se analizaron los procesos judiciales por delitos de lesa humanidad que se están realizando en Argentina, se debatió acerca de la manera en que la justicia tipifica el delito de desaparición forzada. “¿Por qué nosotros decimos que tiene que estar equiparado al homicidio? Porque, de lo contrario, en las legislaciones locales la privación ilegal de la libertad tiene una penalidad muy baja”, explicó Mirta Mántaras, abogada de derechos humanos que desde hace más de 25 años representa a familiares y víctimas del terrorismo de Estado, quien promueve que el delito de desaparición forzada sea categorizado como un homicidio.
“Nosotros, en los tribunales argentinos, pedimos y sostenemos que tiene que condenarse por homicidio en todos los casos de desaparición forzada, pero nos encontramos con enormes dificultades, porque los jueces tienen una mentalidad de poca aplicación de la legislación internacional sobre derechos humanos”, aclaró.
Nuevos organismos, nuevas luchas
Otro de los temas debatidos fue la necesidad de reformar los estatutos originales de FEDEFAM para permitir que aquellas organizaciones que surgieron con posterioridad, como HIJOS en Argentina, puedan formar parte de la Federación. “Han surgido muchísimos grupos de gente que también ha sido afectada. En 1981, sólo estaban las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, los Familiares, y punto. Eso me parece que es una tarea pendiente”, reconoce Pedro Galíndez, cuyo hermano fue secuestrado y asesinado, quien empezó a militar en los organismos de derechos humanos en el exilio, a principios de los años 80.
“Por otro lado, desde 1981, cuando se creó FEDEFAM, hasta ahora, las situaciones políticas cambiaron. Los paradigmas represivos cambiaron. Hoy ya no existe más la doctrina de seguridad nacional. Entonces, hay que estar cada vez más atentos para ver cómo se van transformando los procesos de control social represivos”, puntualizó.
En este sentido, Nora de Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y madre de Carlos Gustavo, quien permanece desaparecido desde el 15 de abril de 1977, lamentó que el impulso inicial de la Federación haya disminuido durante los últimos años debido a motivos económicos que obstaculizaron su funcionamiento. Además, insistió en que FEDEFAM debe convertirse nuevamente en “la voz de la denuncia” en Latinoamérica: “Nosotros ahora no podemos quedarnos en silencio cuando en Honduras siguen las consecuencias del terrorismo de Estado, cuando en Colombia es permanente el terrorismo de Estado, cuando en Guatemala los hacen deponer armas y después el Gobierno sigue reprimiendo, y cuando hay muchos países más que están en esta situación”.
El recuerdo de Patricio Rice
Al finalizar el encuentro, los organizadores valoraron las iniciativas acordadas, como la intención de realizar un congreso general con representantes de todas las asociaciones latinoamericanas durante 2012, y recordaron con emoción el trabajo realizado por Patricio Rice, cofundador y primer secretario ejecutivo de FEDEFAM, quien falleció el año pasado.
“Creo que es muy importante todo el camino que hizo la Federación porque, de alguna manera, pudo aglutinar a todos los organismos de derechos humanos que estaban en ese momento peleando contra las dictaduras, y eso era lo que se tenía en claro: había que hacer una federación para poder, desde la misma región, unir estas luchas”, recordó Fátima Cabrera, quien fuera su compañera de vida, en diálogo con Radio Nederland al término de la reunión.
A su vez, Cabrera destacó el rol que debería encarar la Federación durante los próximos años: “Me parece que hay que impulsar que este ejemplo siga en el mundo y no perder de vista ni las desapariciones, ni los asesinatos, ni las represiones, pero tampoco las nuevas formas de flagelo, como lo que hoy puede ser el poder económico, en casos en los que prácticamente el mismo mercado digita quién puede ser el presidente de un país. Me parece que son nuevas formas de dictadura y que FEDEFAM, junto con el movimiento internacional de derechos humanos, tiene que continuar siendo la luz para hacer esas denuncias y seguir haciendo campañas y acciones urgentes, para que no haya una víctima más, o para que cada vez que haya una víctima sepamos que hay toda una cadena de solidaridad internacional que, en definitiva, es la que salva a las personas”.
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