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¿Por qué se lucha por la presentación con vida de los detenidos desaparecidos?
Jueves 28 de agosto de 2014, por
La desaparición forzada de personas en nuestro país continúa siendo una política de Estado, cada vez cobra más y más víctimas, entre las que se cuentan luchadores sociales, defensores de los derechos humanos, activistas ambientalistas y periodistas honestos.
En el sexenio de Calderón a la fecha se “perfeccionó” esta práctica criminal, con su supuesta “guerra” contra el narcotráfico, política que no sólo se aplicó en contra de luchadores sociales u opositores al régimen, sino que este crimen alcanzó al pueblo que por su condición social de pobreza fue víctima de esta práctica deleznable, entre estos casos podemos mencionar las desapariciones forzadas por motivos sociales.
Si bien es cierto este crimen que es tipificado por el derecho internacional como crimen de lesa humanidad nunca estuvo desterrado en el territorio mexicano; en la última administración panista y lo que va de la actual priista, lejos de disminuir los casos, van en aumento, con ello se demuestra que la política criminal para favorecer a los intereses de los grupos oligarcas no se circunscriben al administrador en turno del ejecutivo federal.
Como organizaciones populares y organismos defensores de derechos humanos, congruentes con nuestros principios políticos hemos abrazado esta demanda justa de presentación con vida; se han realizado de distintas maneras acciones políticas para evidenciar que en nuestro país se siguen cometiendo violaciones a los derechos humanos que laceran la dignidad humana y ha quedado demostrado que los actuales gobernantes y políticos de oficio no representan el sentir de las mayorías explotadas y oprimidas, sino de un reducido grupo oligárquico.
Resulta obligado entonces hacer una justa valoración de los alcances que se han obtenido en esta presente etapa de lucha, concretamente en lo que respecta a la exigencia de la presentación con vida y en libertad de todos
En todo este proceso de lucha se han tenido que librar varios obstáculos, el principal, el acoso y hostigamiento permanente por parte del Estado y sus instituciones, situación que solo con la solidaridad y la denuncia política nos ha permitido sortear este derrotero sinuoso. Por otro lado se ha tenido que romper con la campaña mediática que impulsó el Estado de descalificar a los luchadores sociales Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, reivindicados por el PDPR-EPR.
En consecuencia ningún ser humano debe ser tratado de esa manera, que se le someta a tratos crueles inhumanos y degradantes, se intente desaparecer su personalidad jurídica, se le prive de su libertad sin dar información a los familiares sobre su paradero, se intente eliminar su lucha a través de campañas de difamación y descalificación y se le intente presentar ante el pueblo como un delincuente; contra eso se debe luchar, dando a conocer su amor al pueblo, su lucha, su actitud moral ante la vida, como una vez dijo un familiar “son seres humanos, comelones, juguetones, cuyo delito es ser congruentes con su lucha y con el pueblo”.
Como organizaciones solidarias y sectores populares que han mostrado un infinito amor al pueblo en cada una de sus reivindicaciones, se está arribando a una reflexión ¿por qué debemos exigir que se presente con vida a los detenidos desaparecidos? ¿Cuáles son los móviles que nos incitan a mantener viva la llama de la esperanza de ver a los detenidos desaparecidos de nuevo con sus hermanos de clase? Pues bien, expondremos algunas de las conclusiones a las que hemos arribado.
La desaparición forzada de personas es un crimen de lesa humanidad, por tanto, cuando se practica de manera sistemática, como es en el caso del Estado mexicano, constituye una política de Estado que va dirigida a crear el terror en la población, tratar de desarticular a organizaciones populares, es decir, ahogar en sangre y fuego todo grito de protesta.
Es un crimen de Estado que atenta contra la vida y la dignidad humana. Es un flagelo que no solo lacera a la víctima directa, sino que envuelve en un clima de zozobra e incertidumbre tanto a familiares, compañeros y amistades.
Los detenidos desaparecidos son seres humanos con derechos políticos, sociales y constitucionales, luego entonces, no debe quedar duda que mantener a una persona en esta condición es un crimen que se perpetúa en tanto el Estado no dé información sobre su paradero. Para el Estado es muy sencillo dar por muertos a todos aquellos que se encuentran en esta situación deleznable, borrando primero su personalidad jurídica, asimismo la política, es decir, la de seres humanos que de una u otra manera manifestaron su desacuerdo con las políticas antipopulares y entreguistas.
Por encima de toda consideración política debe ponderar el amor a la vida como un derecho universal, y en un acto de congruencia todo acto que atente contra la vida de una persona, máxime cuando se trate de luchadores sociales, nos debe llenar de indignación y coraje que se traduzca en decisión para luchar contra un sistema que genera iniquidad social. Porque amamos la vida, porque nos indigna la miseria, la pobreza y las injusticias en el país es que nos organizamos para luchar contra este sistema de explotación económica y opresión política.
Los detenidos desaparecidos son del pueblo, porque son parte de sus luchas, por tanto, es el pueblo quien debe exigir su presentación con vida y en libertad. En cada detenido desaparecido se debe reconocer a un hermano de clase que fue arrancado de nuestro lado por el brazo represor del Estado. Cada hombre o mujer en esta condición ha luchado y ha vivido en la convicción de un mundo mejor, por esa razón, son parte de la lucha popular por transformar las condiciones de vida de las masas trabajadoras.
Entendiendo que detener y desaparecer a un activista o luchador social lleva implícito un carácter de Estado, luchar por su presentación con vida y exigir su libertad obedece a una necesidad política. Producto de convicciones profundas de que es una lucha de largo aliento que se libra por antagonismos de clase.
La conciencia política como sujetos sociales en lucha franca contra un sistema social injusto, es la brújula para no extraviarnos en las grietas que abre el enemigo para capturar conciencias y mediatizar la lucha, por esa razón, la lucha por que los detenidos desaparecidos sean devueltos con sus familiares y organizaciones es una necesidad política, producto de convicciones ideológicas de clase; quien guie sus esfuerzos movido por actitudes altruistas y filantrópicas llegará el momento en que el cansancio y la frustración se hagan presentes, tomando el camino fácil pero traicionero, de la resignación.
El amor al padre, al hermano, a la hija detenida desaparecida debe ser el parteaguas de convicciones más profundas y de largo aliento y no puesto como un aspecto de propiedad, es decir, es “mi padre” y nadie más puede abrazar su causa. El amor que se profesa a un ser querido que nos ha sido arrebatado debe traducirse en amor al pueblo y abrazar sus reivindicaciones históricas.
Detrás de ese amor que exige mantener al ser querido como de propiedad privada y donde la solidaridad se entiende como una actitud utilitarista, se esconde la concepción burguesa respecto al amor, un sentimiento de individualismo exacerbado, egoísmo, donde lo “mío es mío” y que hace que finalmente se sectarice la lucha abonando a la dispersión de las fuerzas populares.
Como familiares directos de un detenido desaparecido toca jugar un papel importante en esta lucha, donde muchas veces son arrojados a la actividad política por esa circunstancia desagradable, movidos fundamentalmente por el sentimiento humano de madre, padre, hermano, hijo… sin embargo, no rebasar esa línea donde el móvil son los sentimientos en abstracto y no le sumamos la conciencia, la lucha se hará difícil y tortuosa.
Papel diferente, pero no menos importante jugamos las organizaciones populares y organismos de derechos humanos, donde, sin ser familiares en la mayoría de los casos, nos mueve el convencimiento pleno de que la desaparición forzada debe ser erradicado de la faz de la tierra y en general de todos los crímenes que laceran la humanidad, y eso solo es posible destruyendo este sistema de producción basado en la propiedad privada y la explotación.
Exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos es una necesidad imprescindible, donde nos mueva la conciencia política de que es una lucha irreconciliable entre explotados y explotadores; las actitudes altruistas y filantrópicas nos conducirán tarde que temprano a la frustración; en esta lucha contra un Estado represor, la unidad, la coordinación y la solidaridad son fundamentales para fortalecer las relaciones políticas entre luchadores sociales y hacer frente a esta embestida represiva.
¡Presentación con vida y en libertad de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez!
¡Desaparecidos, presentación ya!
¡A exigir que el gobierno federal acate la resolución del Poder Judicial de la Federación!
¡A impulsar las acciones políticas por la presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos, por motivos políticos y sociales!
¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y Popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
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