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Madres buscan desaparecidos en México: ¡No tenemos nada que celebrar!
Jueves 30 de julio de 2015, por
07/29/2015
“Mi nombre es María del Rosario Cano Mascorro, vengo de Chihuahua buscando a mi hijo Mario Alberto Morales Cano, desaparecido en Torreón Coahuila, el 2 de julio del 2010. Él es policía municipal”. “Mi nombre es Claudia Soto y mi esposo Isaías Uribe Hernández está desaparecido y su amigo también, Juan Pablo Alvarado Riveros. Desaparecieron el 5 de abril de 2009.” “Yo soy María del Carmen García Samaniego, mi hijo es Jesús Daniel Flores García, desaparecido el 1 de mayo de 2010. El iba con su novia en una motocicleta y lo llamaron unos hombres armados.”
Estas son apenas tres de los las miles de mujeres que marchan todos los 10 de mayo en México buscando a sus hijos y hijas, sobrinos, nietas, esposos. Llegan desde sus estados a la capital, desde Centroamérica y marchan desde el Monumento a la Madre hasta El Ángel de la Independencia, simbólica caminada, pasando por Av. Reforma, gritando ¡No tenemos nada que celebrar!”
El 10 de mayo, fecha en que se celebra en México el Día de las Madres, este 2015 este día nacional fue en domingo, la Avenida Reforma, se vuelve zona conquistada peatonal en la gran urbe, y en ella toman lugar múltiples actividades deportivas. En este escenario, el grito de las madres corta el aliento como una navaja. Le recuerdan a otras familias, a otras madres, que en un país donde se registran oficialmente más de 26 mil personas desaparecidas desde el 2007, miles de madres viven en medio de la incertidumbre y el dolor, sin ninguna oportunidad para celebrar nada con los hijos e hijas que le fueron arrebatadas.
“Hay miles de mujeres en México que no tienen nada que celebrar y es preferible salir a la calle a gritar, con la frente en alto, a buscar a sus hijos e hijas, seres queridos que han desaparecido, que quedarse encerradas sufriendo en lo privado todo lo que implica el dolor de no tener a un ser querido. Como la mayoría de las compañeras son madres, para todas tiene un significado muy fuerte este día y por eso lo elegieron” cuenta Blanca Martínez Bustos, Directora del CDDH Juan de Larios, es una de las organizadoras de la Marcha, que en el 2015 tuvo su cuarta edición. La primera movilización fue en el 2010, en las que cerca de cuarenta familiares se movilizaron a al DF. El año siguiente 2011, las familias decidieron convocar a un marcha nacional e hicieron una caravana desde Ciudad Juárez, Chihuahua capital, Torreón y Saltillo, Coahuila; León, Guanajuato, Querétaro, asimismo de una en una, de grupito en grupito decenas de familiares se movilizaron desde Tamaulipas, Sinaloa, Nvo. León, Jalisco, Guerrero, Michoacán, Estado de México, Guerrero, Oaxaca, Morelos, DF, para sumar su clamor y compañeras de Honduras, Guatemala y El Salvador se movilizaron en los consulados de México en cada uno de sus países.
María del Rosario Cano cuenta que dos días antes de desaparecer, su hijo Mario Alberto, le prometió que renunciaría a su trabajo con la policía municipal. “Le dije llorando que se saliera de ese trabajo porque las cosas estaban muy feas, mataban policías y mi hijo estaba recién casado, y estaba muy ilusionado con tener una reinita en casa, pues mi nuera estaba embarazada. Mi nuera necesitaba tranquilidad y por eso le dije que renunciara. El lunes (siguiente) tres hombres armados se llevaron a mi hijo a punta de golpes y palabras altisonantes. Mi hijo no sabe que mi nuera tuvo su hijo, que se llama como él: Mario Alberto, Tiene 4 años.”
“Mi esposo es veterinario. Se lo llevaron militares. Las autoridades nunca hicieron su trabajo.” cuenta Claudia Soto con angustia, a pesar de haberles repetido miles de veces esta historia. Es la historia que lleva en la camiseta con la que marcha y está dispuesta a contarla miles de veces más a quien quiera escucharla. “Hay un testigo que declara que vio a los militares recoger los casquillos por la noche. La camioneta presentaba siete impactos de bala y rastros de sangre pero los casquillos no aparecieron. Vimos a los militares, eran tanquetas, camionetas verdes de las que traen armas atrás. Nunca nos han explicado. Las autoridades hicieron caso omiso. Nunca investigaron. Después dijeron que encontraron los casquillos pero los casquillos no estaban.”
“Para nosotros es claro que hay grupos paramilitares que actúan con el apoyo y consentimiento del Estado pero este tipo de desapariciones son muy difíciles de evidenciar y demostrar”, dice Nadine Reyes, coordinadora del Comité de Familiares de desaparecidos Hasta Encontrarlos. Reyes es hija del defensor de Derechos Humanos Edmundo Reyes Amaya, desaparecido el 27 de mayo de 2007 en Oaxaca. “No hay investigaciones claras que orienten verdaderamente sobre el lugar en donde están estas personas desaparecidas. En México están desapareciendo y masacrando a gente y nadie está haciendo nada. La respuesta del procurador Murillo Karam en noviembre del año pasado por el caso de Ayotzinapa, fue desde nuestro punto de vista una respuesta para todos los desaparecidos. Nos dijo: No busquen más, no hay nada que buscar, desaparecieron completamente al punto que no quedaron ni las cenizas. Eso claramente está dicho para golpear a las familias. Y es violencia en los mecanismos institucionales. Nos dicen que los desaparecidos son los culpables pero es que ninguna acción justifica una desaparición. Esa desaparición es parte de un mecanismo de terror del Estado. La desaparición funciona porque el gobierno lo permite, por eso sus responsabilidad es innegable e indudable.”
“Yo llegué con mi hijo de los Estados unidos, y él estaba siempre conmigo. Él sabía perfectamente inglés y había estudiado computación, pero no quería trabajar en una oficina ni nada. Su novia trabajaba de demostradora en una tienda de autoservicio y le consiguió trabajo en una empacadora de carnes frías. A él le gustaba ese trabajo porque si se daba prisa terminaba más temprano Le pagaban bien y le daban propinas por lavar las camionetas” cuenta María del Carmen García Samaniego. “El día de su desaparición a mi hijo le hablaron unos tipos armados pero él se fue en la moto. Entonces se dió cuenta de que ya no tenía a la novia atrás y se regresó a buscarla. No la encontró, hizo dos veces la vuelta y no la encontró. A la tercera lo agarraron porque ya venía de regreso por un boulevard y supuestamente chocó contra un taxi y quedó inconsciente. Entonces llegaron en una camioneta y lo metieron en la cajuela y a la motocicleta en la camioneta. La novia después llegó llorando a la casa. Dijo que los hombres armados la vieron pero que no le dijeron nada. Lloraba y lloraba pero nunca nos dijo que era lo que había pasado.”
“Lamentablemente en muchos de los casos de desaparición y desaparición forzada no hay testigos ni tenemos claro cómo se dan y eso te deja a ti como familiar e la incertidumbre porque no tienes claridad del hecho como sucedió.” Explica Nadine Reyes. “Lo primero que te piden las autoridades es que narres detalladamente si hay testigos, a quién responsabilizas y las mismas autoridades te someten a una serie de preguntas y cuestionamientos. Tratan de responsabilizar al familiar del hecho, si es un joven pregunta por qué no lo cuidó, que seguro estaba vinculado a un grupo de delincuencia y empiezan a cuestionar a las familias, y muchas veces se las intimida también, nos dicen, mejor deje eso así porque se puede meter en problemas. Cuando las familias señalan directamente grupos como la policía del Estado, lo que dice el ministerio es que no los denuncien porque si no les puede pasar lo mismo. Cuando nos dicen “cuídelos” eso es una amenaza indirecta. Las familias nos han contado que una vez que denunciaban, regresaban a sus casas y se encontraban con cuerpos policiacos vigilando sus domicilios.”
¿Por qué desaparecer y no matar? Reyes ensaya una respuesta. “Las desapariciones causan más terror y más zozobra pues cuando hay un cuerpo hay un duelo que se cierra pero la desaparición es mantener en angustia constante a toda a familia y causa miedo y parálisis en la población. Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso, por la forma en cómo se dio y la saña con que se cometió, logró despertar muchas conciencias. Pero el pueblo mexicano sigue teniendo muy poca conciencia histórica. Hoy el mensaje que mandan las autoridades es que si uno se solidariza con los desaparecidos te van a desaparecer también.”
“Las marchas son muy desgastantes emocionalmente pero salir juntas a gritar su desesperación y exigir justicia, les da otros ánimos.” explica Blanca Martínez. Las marchas del 10 de mayo demuestran el carácter afectivo de la articulación y la acción colectiva, que le permite a estas mujeres saber que, a pesar del dolor que todas conocen en carne propia, no están solas. Hay contención emocional entre todas. Pero, más allá de ese apoyo, otro efecto importantísimo de estas marchas es la creación colectiva de esperanza y la denuncia permanente
Pero la misma movilización es un testimonio de un problema creciente en México: “Conforme los años van pasando más y más gente se suma a la marcha del 10 de mayo, pero esto obviamente nos preocupa porque significa que son más y más los desaparecidos.” Esta visibilización resulta más importante que la discusión con las autoridades: “Ya hemos llegado a un punto en el que no necesitamos que nos reciban las autoridades, hoy en día el objetivo es que nos vean, el objetivo es el mismo acto de estar denunciando, un mensaje que debe hacer parte de todos los mexicanos y para toda la gente que quiera escucharnos. Queremos romper esa dinámica en que nos movilizamos y el gobierno nos pone una mesa y entonces dice: ya te atendí. Eso de nada sirve no marchamos para sentarnos en una mesa, la marcha es por la marcha, para informar a la ciudadanía de lo que está pasando.”
Al grito de “¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?” y “Se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables”, las madres van rodeando el Ángel con camisetas blancas que llevan estampadas caras de sus seres queridos, sombreros de paja y altavoces. Para las familias es importante mantener la exigencia de presentación con vida, pues realmente no hay evidencias para mostrar que están muertos. Todas las irregularidades en los procesos de búsqueda, entre las que se incluyen desde desaparición de evidencia hasta la entrega de cuerpos falsos, hacen que las familias no puedan confiar en la palabra de el Estado. “Mucha gente nos critica y dice que esa exigencia de presentación con vida es irresponsable, que fomenta una utopía cuando cabe la posibilidad de que varios no estén vivos” cuenta Blanca Martínez, pero para la madres, esta exigencia es una exigencia de justicia, de combate frontal a la impunidad, de exigir el pleno respeto a la vida a su derecho de buscar el pedacito de Vida que le arrebataron de manera violenta. En el camino de buscar a sus seres queridos, estas mujeres se han convertido en defensoras de Derechos Humanos y han adelantado una revolución de género propia: “las doñas han logrado generar un movimiento con rostro de mujeres y hacen una reconceptualización de la idea de maternidad.” Las madres que marchan el 10 de mayo en México nos recuerdan que que el vínculo con sus hijos es inquebrantable, irrenunciable. Cuidarlos en la distancia, salir con perseverancia a exigir justicia, es otra forma de darles y darse vida.
En medio de la impunidad y la violación generalizada de Derechos Humanos y a pesar de la discriminación que sigue afectando a la mayoría de las mujeres, la desaparición forzada en México ha llevado a miles de madres, esposas, hermanas e hijas a emprender búsquedas incansables de sus seres queridos. Transformando el dolor en fortaleza y coraje han protestando en las calles, se han reunido con autoridades de todos los niveles de gobierno, han impulsado nuevas leyes y, muchas veces, han llevado a cabo el trabajo de investigación que las autoridades se niegan a realizar. Todo ello lo han hecho al mismo tiempo que luchan por sostener a sus familias y enfrentan el estigma y la difamación.
Como sociedad debemos sumarnos cada vez más a la exigencia de estas madres, salir de forma masiva cada 10 de mayo, hacer nuestras sus exigencias pues son indispensables para regresar a México la paz que la violencia y las violaciones a derechos humanos le han robado a toda la población.
Ver en línea : https://www.justassociates.org/en/n...