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Detras de un Guerrillero siempre habra un ser Humano
Juan José Díaz Bermúdez
Lunes 27 de octubre de 2008, por
La detención y desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, a más de un año debe ser aclarada, no hacerlo significa que el retroceso y la intolerancia, siguen siendo la piedra de tropiezo a la democracia que vivimos en México.
27 de Octubre de 2008, Oaxaca, México.
(Como reconocimiento a Nadin Reyes Maldonado)
Oaxaca, México.- La invitación que ha comenzado a circular, para celebrar el 8 de noviembre en Oaxaca, el cumpleaños de Edmundo Reyes Amaya, detenido y desaparecido el 25 de mayo de 2007 en Oaxaca, muy aparte de ser un golpe político y psicológico que impactara en la sociedad mexicana, nos muestra que detrás del guerrillero siempre habrá un ser humano, un hombre o mujer con historia, con familia, con sueños, fracasos, derrotas, con sonrisa y llanto; con una familia que lo espera y extraña y que hasta hoy como su hija, Nadin Reyes Maldonado, en el caso de Edmundo Reyes Amaya, ha hecho esfuerzos sobre humanos para que su padre regrese a su hogar. No se ha rendido y al contrario todos los días su lucha suma más adeptos.
El gobierno puede esgrimir la razón que más le convenga, pero a más de un año, fingir sorpresa y querer engañar a la opinión pública, rompe con el discurso democrático que el señor Felipe Calderón, ha venido mostrando a tal grado que se enreda en su propia telaraña y muestra que en México, la política del garrote se sigue usando de forma recurrente en contra de quienes piensan diferente al partido en el poder.
Al señor Edmundo Reyes Amaya, las diversas organizaciones no gubernamentales lo han calificado de preso político y de consciencia, y es un preso político desde el punto de vista jurídico. Pertenece a una organización guerrillera como el Ejército Popular Revolucionario (EPR), considerado por expertos como fuerza beligerante , que con más de 40 años de haber sido fundado, teniendo como origen el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo ( PROCUP), ha sido punta de lanza en la lucha armada en este país. Tendrá razón o no el EPR por los métodos violentos usados, sin embargo es de respetarse su forma de expresión, a pesar de estar al margen de la ley.Cuando hablamos de guerrilleros, de inmediato los relacionamos con grupos de extrema radical, ya sea de izquierda o derecha, pocos son los que ven detrás del pasamontañas, y de esos uniformes irregulares. En lo clandestino, a pesar de las armas y el pasamontaña, hay personas con los mismos sentimientos que cualquiera que se sienta el mejor ser humano sobre la tierra. Nadin Reyes Maldonado trata de mostrar, de filtrar las pasiones, los momentos y glorias de un hombre que como el señor Edmundo Reyes Amaya, es padre de familia e hijo.
No hay que apartarse de la razón, que al decidir ser guerrillero, firmo su destierro de la vida común, pasó a ser clandestino y a vivir con miedos y dudas; a sospechar de cualquiera, a sentirse acosado y en ocasiones al despertar recordando los sueños de libertad, pero fue el mismo quien escogió ese tipo de vida , una opción de la cual, podría deducir, hasta hoy no se ha arrepentido.
No hay que olvidar que los hombres y mujeres que deciden cambiar su vida por una ideología, son dignos de recordarse, muy aparte del pensamiento que tengan, al margen de cualquier calificativo que el hígado pueda darles. Para algunos son bandidos, para otros unos héroes que se atrevieron a levantarse contra el gobierno, cuestión de enfoques. Muchas veces he imaginado, que en conferencia de prensa ya en libertad, al tener a Edmundo Reyes Amaya y a Gabriel Alberto Cruz Sánchez frente a mi, mi pregunta sería, ¿Valió la pena tanto sufrimiento por su ideología? Sin equivocarme, estoy más que seguro que su respuesta sería sí.
Un hombre podrá perder todo, incluso la vida, pero la ideología jamás lo dejará, aún muerto todos los recordaran por su fe a luchar por las causas más nobles.La detención y desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, a más de un año debe ser aclarada, no hacerlo significa que el retroceso y la intolerancia, siguen siendo la piedra de tropiezo a la democracia que vivimos en México.
Las investigaciones para encontrarlos, siguen estancadas, las indagatorias en torno de Ulises Ruiz Ortiz, se manejan de forma hermética y cómplice. Aún cuando hay quienes digan que el primer priísta en Oaxaca no tuvo nada que ver en este crimen de Lesa Humanidad, las organizaciones civiles, aseguran que Ulises Ruiz; ordenó su detención y conoció de la suerte que viven hoy los dos guerrilleros del EPR, y eso lo hace responsable, seguir ignorando la desaparición de los dos guerrilleros y de tantos otros activistas de la izquierda, es complicidad en un México que quiere mostrar una careta de libertades a todo el mundo, algo falso dentro de este mundo que se cae a pedazos.