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Poder judicial ordena abrir instancias militares por caso de desaparición forzada en 2007

Martes 10 de febrero de 2015, por Hasta encontrarlos

Por: Érika Paz / 9 febrero, 2015

La búsqueda de familiares desaparecidos es una “lucha” que encabezan mujeres. En entrevista, Nadín Reyes habla sobre el caso de su padre, Edmundo Reyes, desaparecido en mayo de 2007 en Oaxaca, junto con Gabriel Cruz, ambos luchadores sociales

(09 de febrero, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Con el fin de dar a conocer la resolución emitida por el Poder Judicial de la Federación en el caso de la desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, el Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos Hasta Encontrarlos realizará una gira nacional informativa, la cual dará inicio en la ciudad de Oaxaca el 16 y 17 de febrero y concluirá el 25 de mayo en la Ciudad de México.

La intención es que tanto ONG’s y familiares de personas desaparecidas tengan acceso a la resolución, misma que sienta un precedente histórico pues por vez primera, el Poder Judicial ordena a las fuerzas armadas y a las instancias de seguridad pública abrir sus instalaciones y coadyuvar entre sí para la búsqueda de los luchadores sociales Edmundo Reyes y Gabriel Cruz, desaparecidos el 25 de mayo de 2007 en la ciudad de Oaxaca.

En entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO, Nadín Reyes Maldonado, hija de Edmundo Reyes Amaya, dijo que la gira es una “forma de presión para que se impulse el cumplimiento de la resolución, pero también creemos que puede servir como experiencia a otros casos de desaparición forzada, porque sienta un precedente para muchos otros casos y más cuando se trata de estancias militares”.

El 19 de junio de 2014, el Poder Judicial ordenó al Ministerio Público de la Federación, a la Procuraduría General de la República (PGR), a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), al Centro de Investigación en Seguridad Nacional (CISEN), a la Comisión Nacional de Seguridad, a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Oaxaca y a diferentes mandos de seguridad pública, la búsqueda de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez en las principales instalaciones militares del país.

En el documento se cita como responsables de la conformación de la comisión especial de búsqueda a 28 autoridades de estas instancias de seguridad. A dicha comisión le compete realizar visitas a cuarteles, batallones, campos militares y posibles lugares de desaparición u ocultamiento, así como recopilar declaraciones de funcionarios civiles y militares que se encontraban en funciones en mayo de 2007.

Al respecto, Sandino Rivero Espinoza, uno de los abogados del caso, dijo en entrevista con este medio, que el viernes se notificó al Juzgado de Amparo la propuesta de las familias para la conformación de la Comisión Especial de Búsqueda “integrada por 11 personas”, entre: familiares, defensores de Derechos Humanos, abogados y académico como Gilberto López y Rivas, Miguel Concha y Santiago Corcuera, integrante del Comité sobre las Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas (ONU).

La Comisión “faltaría ser completada por un responsable de las instancias judiciales, principalmente de la Policía Federal, el CISEN, la PGR y SEDENA, para llevar a cabo las labores de peritaje e investigación”, apuntó Rivero Espinoza.

Nadín Reyes, licenciada en Pedagogía y activista social, reconoce que la investigación y la conformación de la comisión especial de búsqueda es un proceso “complicado porque es la primera vez que se da una resolución de este tipo, sobre todo cuando también existe la presión por el caso tan grande de los 43 normalistas (de Ayotzinapa) desaparecidos”.

Sin embargo, el Estado debe vigilar el cumplimento de la resolución, advierte la pedagoga, toda vez que este es el último recurso legal de las familias para la búsqueda de Edmundo y Gabriel “y de no cumplirse estaríamos metiendo el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ”.

En mayo de 2007 algunos medios de comunicación reportaron la detención de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, mediante un operativo conjunto de las policías municipal, estatal, la entonces Policía Federal Preventiva, la Agencia Federal de Investigaciones (hoy Policía Federal Ministerial) y el Ejército, en la ciudad de Oaxaca.

Con base en testimonios de algunos testigos, incluso se señaló que Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez fueron trasladados al Campo Militar Número Uno de la SEDENA, lo que en todo momento fue negado por las fuerzas armadas. Horas después de la desaparición de Edmundo y Gabriel, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) los reivindicó como integrantes de su movimiento armado y atribuyó la desaparición de sus compañeros al gobierno federal.

Por petición del Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR-EPR), el 24 de abril de 2008 se conformó la Comisión Civil de Intermediación integrada por Rosario Ibarra de Piedra, el hoy fallecido Miguel Ángel Granados Chapa, Juan de Dios Hernández, Gilberto López y Rivas, Carlos Montemayor, José Enrique González Ruiz y Samuel Ruiz.

Un año después, en abril de 2009, esta comisión civil anunció mediante un comunicado que daba fin a su gestión “en virtud de que el Gobierno federal sólo ha tenido voluntad declarativa para enfrentar la desaparición forzada de Edmundo Reyes y Gabriel Cruz”.

En 2011, las familias y los abogados Leonel Rivero Rodríguez y Sandino Rivero Espinoza, se dieron a la tarea de revisar exhaustivamente los más de 30 tomos de la investigación, en ellos encontraron que se incluían datos y nombres de miembros del EPR, mas no se abordaba el delito de desaparición forzada.

“No se investigaba la participación del Ejército, que es una de las líneas que nosotros siempre hemos reiterado, pero el Ministerio Público, trataba y ha tratado de orientar la desaparición forzada de nuestros familiares solamente a la localidad de Oaxaca, intentando deslindar a otros actores federales del caso”.

Toda vez que “una de las principales hipótesis que tenemos es que nuestros familiares fueron entregados al Ejército y hay testigos que los vieron en el Campo Militar número uno, esa línea no se ha investigado y se debe agotar. El juez federal determinó el año pasado que fueran buscados en los campos militares, los cuarteles, etcétera y eso no solamente permitiría encontrarlos a ellos, sino permitiría indagar y dar con el paradero de muchas otras personas que también pudieran estar en esta situación”, puntualizó Nadín Reyes.

Razón por la que el Comité Hasta Encontrarlos junto con el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), diferentes organizaciones populares y de derechos humanos convocan a la gira nacional “Desaparición forzada en México, caso Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, un crimen de lesa humanidad”, que dará inicio el 16 de febrero en un recorrido por diferentes estados como Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Puebla, Hidalgo, Michoacán, Jalisco y concluirá el 25 de mayo en el Distrito Federal.

Las mujeres encabezan la búsqueda de sus familiares desaparecidos

Nadín Reyes Maldonado, hija de Edmundo;Margarita Cruz Sánchez, hermana de Gabriel Cruz; Lucina Maldonado, esposa de Edmundo Reyes, y Zita Loyo, activista, son las cuatro mujeres que encabezan el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos Hasta Encontrarlos, una organización que se sostiene gracias al apoyo de decenas de colaboradoras y colaboradores, así como recursos económicos y en especie proporcionados principalmente por las familias de Gabriel y Edmundo, y algunas organizaciones o personas afines con esta causa.

“Hacemos mucho con muy poquito, entonces creemos que más bien es la voluntad y la solidaridad de muchas otras personas que están alrededor lo que nos permite hacer el trabajo, personas que nos donan material o parte de su tiempo para trabajar con nosotras sin darles ningún sueldo. Todo lo hacemos con nuestros propios recursos o con lo que nos dan nuestros familiares o las organizaciones o personas que nos mandan recursos económicos o apoyo en especie y eso es con lo que podemos realizar las actividades”, explica Reyes Maldonado.

Actividades como brigadeo informativo, representaciones culturales al aire libre para dar a conocer el delito de desaparición forzada, algunas veces en conjunto con otras organizaciones populares y de derechos humanos. Entre las cuatro mujeres, Margarita, Lucina, Zita y Nadín, se dividen el trabajo de documentación, asistencia a encuentros con otros colectivos, así como las labores relacionadas directamente con la búsqueda de sus familiares.

“Una compañera se dedica a trabajar, a financiar los recursos para podernos mover, hay dos compañeras que estamos de lleno en organizar los eventos, las actividades políticas, y hay otra compañera que se dedica a hacer el seguimiento hemerográfico, nos dividimos las labores porque sí es demasiado trabajo, pero aunque somos poquitas, sí hemos podido ir avanzando”, afirma con seguridad la entrevistada.

Antes del 25 de mayo de 2007, Nadín menciona que llevaba “una vida normal como cualquier otra persona –nunca fui ajena a la vida activista por la misma universidad que conoces y sabes de muchas problemáticas–; sin embargo, no estaba metida de lleno en ningún proceso de activismo social, ni nada de esto. Hasta que a mi padre lo desaparecen”.

Nadín jamás imaginó que a ella y a su familia les “tocaría vivir un proceso así de cerca, pero enfrentas la situación y te empiezas –lamentablemente– a preparar y a buscar la manera de tener herramientas para poder seguir luchando y conocer más de cerca esta situación. Porque al principio no lo entiendes, no comprendes por qué pasa o porqué vives estas cosas, pero una vez que vas entendiendo el fenómeno de las desapariciones forzadas, también vas haciéndote de herramientas que te permitan continuar en la lucha”.

A sus 32 años de edad, está dedicada cien por ciento al activismo y el Comité Hasta Encontrarlos se convirtió en su vida. “Si bien es angustiante, ya no nos vemos haciendo otra cosa. A pesar de que es fuerte, es triste… a mí me gusta lo que hago y, sí, también es una forma de contribuir, no solamente con la búsqueda de nuestros familiares, sino también con otros procesos”.

Como mujer y como activista, Nadín identifica que en su mayoría son mujeres las que siguen en la búsqueda de sus familiares, comparte que, como ella, muchas madres, hermanas, hijas y esposas que sin tener ninguna experiencia o acercamiento previos con las movilizaciones sociales, son “las que han salido a las calles, las que se han manifestado”.

“Sí, eso es lo que vemos que nos identifica. Básicamente todos los comités u organizaciones de familiares desaparecidos son las mujeres las que encabezan la lucha, es como algo que históricamente caracteriza la búsqueda de las personas desaparecidas en el país desde los sesentas, setentas”, décadas de mayor represión hacia líderes y movimientos sociales.

En este contexto de movilizaciones sociales en el país, ¿cuál es el papel que cumplen las mujeres que debe ser visibilizado?

“Somos miles de mujeres las que lamentablemente nos hemos visto en la necesidad de alzar la voz por nuestros seres queridos, a veces de manera forzada lamentablemente, porque no quisiéramos estar en esta situación de tener que pasar por todo el dolor y la angustia de estar buscando a nuestros desaparecidos. Sin embargo, yo creo que lo importante es que lo que hacemos lo hacemos con mucho coraje y con mucha fortaleza”.

“Yo creo que lo que estamos viendo y viviendo en el país es que muchas madres, sin tener experiencia en ninguna actividad social, han salido a las calles, se han manifestado y se han ido también preparando cada vez más. Eso es lo que vemos y admiramos porque nos hemos encontrado con muchas mamás, muchas de ellas muy grandes de edad pero tú las escuchas y hay mucho, además del coraje y la indignación, sí hay mucho interés de seguir preparándose.”

“Y ellas lo dicen, nosotras nos hemos vuelto expertas en cosas que no tendríamos porqué saber y nos hemos preparado porque vemos que es necesario seguir investigando y seguir denunciando esta situación y yo creo que en eso radica el importante papel de las mujeres, el no quedarse a la expectativa, como sujetas pasivas, sino que hemos salido a las calles y hemos manifestado también esta indignación y este coraje”.

Afirma Nadín, la hija menor de Edmundo, a quien “la admiración y el respeto” por su padre es la que la motiva todos los días para continuar con su búsqueda. “Mi padre fue y es un hombre muy admirado por nosotros, por nuestra familia. Y la forma en cómo nos educó a nosotros, con el compromiso y el amor por la gente, con la disciplina para hacer lo que debemos, es algo que yo le agradezco, el que nos haya formado así”.

Reyes Maldonado supo que su padre pertenecía a la guerrilla, hasta el día de su desaparición y narra que “cuando nos enteramos, obviamente –por lo menos para mí–, fue un orgullo. Si yo de por sí admiraba y respetaba mucho a mi papá, cuando yo supe esta situación fue para mí, digno de mayor admiración y mayor respeto”.

El estigma hacia las personas desaparecidas por el Estado y la sociedad

Como en algunos otros casos de desaparición forzada, el “estigma social por el hecho de ser familiares de dos luchadores sociales, además de la criminalización mediática, así como de otras organizaciones, son algunos de los obstáculos que impidieron por mucho tiempo que esta situación (desaparición forzada) se pudiera denunciar”, indicó Nadín sobre el caso de Gabriel Cruz y su padre.

Los que se suman a “los obstáculos que impone el mismo Estado, el gobierno mexicano ha sido muy insistente en la parte de no dar avances en las investigaciones. Además de que siempre quiere cerrar el caso –como pasa con otros casos parecidos–, filtrando la hipótesis de que nuestros familiares están muertos, sin darte mayor explicación”.

Aunado a las amenazas y amedrentamientos vía telefónica en contra de los abogados, así como “el seguimiento por parte de personas vestidas de civil que cumplen con la misión de vigilarnos (a las integrantes del Comité) en nuestras casas, pero sobre todo en las actividades de denuncia pública que hacemos”, denunció la activista.

Situaciones diversas a las que se han enfrentado en estos 93 meses de búsqueda, a días de que se cumplan ocho años sin saber el paradero de su padre, para Nadín lo más importante es que “la gente poco a poco se vaya sensibilizando y conozca esta situación; no esperar a que nos pase para ver qué podemos hacer. Es importante no juzgar y no criminalizar, no emitir algún juicio sin conocer más la situación, porque eso también estigmatiza mucho a las familias, a los desaparecidos y eso no ayuda. Al contrario abona mucho más a seguir permitiendo que las desapariciones forzadas se sigan dando y yo creo que eso es lo que no podemos permitir. Tampoco podemos ser cómplices”, concluyó Nadín Reyes Maldonado.

*Para más información sobre la convocatoria para la gira respaldada por la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, la Comisión de la Verdad de Oaxaca, el Comité Cerezo México y la Radio Estudiantil Libertaria pincha aquí www.hastaencontrarlos.org


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