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Boletin de prensa: Engaño y perversidad por parte del Estado Mexicano, en el caso de los desaparecidos Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez
Lunes 14 de mayo de 2012, por
[/Ciudad de México a 14 de mayo del 2012/]
Al pueblo de México
A las Organizaciones Populares, políticas y democráticas
A las Organizaciones de Derechos Humanos Nacional e Internacional
A las Organizaciones de Familiares de víctimas de Desaparición Forzada
A los intelectuales y personalidades progresistas
A los medios de Comunicación
El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos “Hasta Encontrarlos”, los representantes legales y organizaciones solidarias denuncian simulación, engaño, burla y perversidad por parte del Estado Mexicano al dar por muertos a los desaparecidos Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
El Estado Mexicano, ante la proximidad del 5º aniversario de la desaparición forzada de los luchadores sociales Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez (25 de mayo), montó una operación de simulación y engaño para aparentar ante familiares y ante la COMED que se estaba avanzado en las investigaciones para resolver el caso con el objetivo de impedir o inhibir la denuncia pública y las actividades que llevan a cabo familiares y organizaciones de derechos humanos y populares en el marco del aniversario y de la Campaña Nacional contra la guerra de Calderón, por la justicia y castigo a los criminales de Estado.
El pasado 10 de abril del presente año la familia de Edmundo Reyes Amaya y los abogados representantes de la coadyuvancia fueron notificados sobre la decisión del gobierno de llevar a cabo una diligencia de exhumación para descartar una supuesta “línea de investigación” que había permanecido inactiva durante 5 años, por la falta de voluntad política del Estado y dar con los responsables de este crimen de lesa humanidad. La certeza y la forma dolosa con que fue brindada la información a la familia dio un margen muy alto de posibilidad de encontrar en esta diligencia el cuerpo de una persona cuyas características eran similares a la de Edmundo Reyes Amaya y que en reiteradas ocasiones el gobierno federal aseguraba saber su paradero. En tanto que jamás proporcionó información alguna respecto al paradero de Gabriel Alberto Cruz Sánchez. Tratando con ello de dividir el caso y a los familiares en su lucha por la presentación con vida de los desaparecidos.
Ante la seguridad con la que se manejaba esta información, los familiares, tanto de Edmundo como de Gabriel con el fin de avanzar en las investigaciones y no obstaculizar este proceso, y en un acto de buena voluntad, accedimos a practicar la diligencia, la cual se llevó a cabo del 30 de abril al 4 de mayo del presente año. Sin embargo, al practicar la diligencia que se prolongó por varios días, nos encontramos con una serie de engaños y falta de seriedad por parte del gobierno estatal y federal al no tener una línea clara de investigación y montar un escenario de posibilidades al encontrar diversos cuerpos, que no correspondían al de nuestros familiares, con lo que se nos sometió a un desgaste físico y emocional al llevarnos a un proceso de exhumaciones sin sentido, en el que fuimos re victimizados.
En estas circunstancias y al fracasar en su intento de encontrar el cuerpo que correspondía según a Edmundo Reyes, el gobierno estatal condiciono la voluntad política y de recursos para aceptar realizar nuevas diligencias, orientadas a dar por muertos a los detenidos desaparecidos, con lo que el derecho de acceder a la verdad y a la justicia es anulado de facto, cuando es obligación del Estado investigar y dar con el paradero de las víctimas de desaparición forzada y castigar a los responsables.
La premura del gobierno mexicano de realizar esta diligencia, la presión hacia los familiares para aceptar la hipótesis de que uno de los desaparecidos pudiera estar muerto, aunado a que en la exhumación no se encontró el cuerpo que se había dicho que pudiera ser de uno de ellos, demuestra la perversidad del Estado mexicano que año con año, ante la proximidad de un aniversario más inventa supuestos avances en las investigaciones.
La diligencia de exhumación para encontrar a quien supuestamente puede ser Edmundo Reyes Amaya implicó que en los hechos el Estado mexicano presume la muerte de dicho luchador social; sin embargo, en las investigaciones ministeriales NO existe dato alguno que lleve notoriamente a dicha conclusión. Basta decir, que la indagatoria que se inició a partir que se encuentra dicho cadáver no contiene actuación alguna tendiente a establecer las circunstancias de lugar, tiempo y modo de la muerte de esa persona, así como el lugar en que fue inhumada.
Consideramos que antes de llevar a cabo otra diligencia de exhumación, es necesario que el Estado mexicano demuestre, mediante pruebas fehacientes y que obren en las indagatorias que se llevan a cabo tanto en la Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas (UEITA) de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la Procuraduría General de la República (PGR), como en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca, que las líneas de investigación relativas a que los desaparecidos se encuentran vivos han sido agotadas y, en su defecto, consecuentemente se determine la suerte o paradero de los mismos. De lo contrario, será inútil detener y procesar a personas si no se tienen pruebas suficicientes en los procedimientos penales para incriminarlos, pues ello, lejos de beneficiar propiciara la impunidad a largo plazo.
Cabe decir, que la la Corte Interamericana de Derechos Humanos, al resolver el caso Radilla Pacheco -que justamente condenó al estado mexicano por una desaparición forzada- reiteró que el deber de investigar es uno de medio, no de resultado, ello no significa, sin embargo, que la investigación pueda ser emprendida como “una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa”. Al respecto, el Tribunal ha establecido que “cada acto estatal que conforma el proceso investigativo, así como la investigación en su totalidad, debe estar orientado hacia una finalidad específica, la determinación de la verdad y la investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y, en su caso, la sanción de los responsables de los hechos”.
La desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, fue reconocida y aceptada por la CNDH, debido a la presión y exigencia de organizaciones populares, familiares y la COMED, motivo por el cual emitió una recomendación al Estado Mexicano (07/2009), quien se vio obligado a reconocer este crimen. En consecuencia es el Estado quien tiene completa responsabilidad intelectual en estos hechos y es quien sabe perfectamente en dónde están los desaparecidos y quienes son los responsables materiales.
La perversidad y el engaño se configura al confirmarse que la diligencia fue un acto planeado y de simulación ante la premura del aniversario y por la presión de las organizaciones populares y políticas que exigen la presentación con vida de los detenidos desaparecidos; y la intensión de que los familiares caigan en el juego de dar por muertos a los desaparecidos y con ello también garantizar la impunidad a los responsables de este crimen de lesa humanidad.
Lo anterior demuestra que la desaparición forzada de personas es una política de Estado que se ha incrementado con la llegada del PAN al poder y en el contexto de supuesta guerra contra el narcotráfico con la intención de paralizar y desarticular a los movimientos populares, causar miedo y terror en la población e instaurar por la vía de los hechos un estado policiaco militar que atente cada vez más en contra del pueblo mexicano.
Por lo tanto tenemos la certeza de que Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez se encuentran vivos en alguna cárcel clandestina del Estado mexicano y por ello, hoy y siempre nuestro grito de exigencia es vivos se los llevaron, vivos los queremos.
Condenamos la burla y la perversidad con la que el Estado mexicano intento evadir su responsabilidad de presentar con vida a los desaparecidos y castigar a los responsables de la desaparición forzada, por lo que exigimos:
- La presentación inmediata y con vida de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
- Una investigación que garantice el derecho a la verdad, a la justicia y la no impunidad de los responsables materiales e intelectuales de cometer la desaparición forzada.
- El derecho a la justicia y a la reparación integral del daño que establezca garantías de no repetición de estos crímenes de lesa humanidad.
- Que se garantice la seguridad de los familiares y organizaciones que han acompañado la exigencia de la presentación con vida de Edmundo Reyes Amaya, Gabriel Alberto Cruz Sánchez, Francisco Paredes Ruiz, Daniela y Virginia Ortiz Ramírez y Lauro Juárez, así como la de todos los detenidos desaparecidos del país.
Por último, queremos dar a conocer al pueblo en general que, en el marco de la semana internacional del detenido desparecido impulsada por FEDEFAM, familiares de víctimas de desaparición forzada, organizaciones populares y de derechos humanos realizaremos de manera coordinada en 15 estados de la república diversas actividades para exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos y el castigo a los culpables.